Una buena salud visual es muy importante para el desarrollo de nuestros hijos e hijas. Es por ello que es recomendable realizar revisiones oftalmológicas de forma periódica.

Si el doctor o la doctora no indican nada en concreto, son recomendables las revisiones anuales.

Difícilmente, un niño pequeño es capaz de comentar que no ve bien. Un problema visual no detectado, podría acontecer algún tipo de patología o ser confundido por algún problema de aprendizaje (A continuación, dejamos el link para más información sobre problemas de aprendizaje y salud visual http://www.coqt.cat/oftalmologia-pediatrica-i-estrabismo/?lang=es

Existe un consenso por parte de los profesionales de la oftalmología que recomiendan hacer la primera revisión entre los 3 y 4 años. Aun así, se deben tener en cuenta algunos factores:

 

  • Durante los primeros meses de vida:

El pediatra, durante los primeros meses, hace revisiones donde exploran algunas patologías congénitas como cataratas, estrabismo o algún tipo de malformación. En el caso que eso esté pasando, se debe derivar a un oftalmólogo especialista para hacer un estudio y valoración, así como iniciar el tratamiento adecuado.

  • Antes de los 3 años

Es importante ir observando y avanzar esta visita si el pediatra lo recomienda o si observamos algunas de las siguientes cosas:

  • Desviación en alguno de los ojos
  • Si existe lagrimeo u ojos rojos de forma continuada
  • Si observamos que pueden haber problemas de visión próxima o lejana, por ejemplo, al pintar o al ver la tele.
  • Alguna mancha en la parte blanca del ojo (conjuntiva)
  • Alguna anomalía en los párpados
  • Cualquier episodio de enfermedad ocular, como por ejemplo, una conjuntivitis.
  • A los 3 años:

En esta edad es cuando se recomienda iniciar los controles oftalmológicos si previamente, no ha habido ninguna problemática. En esta revisión, se tendrán en cuenta:

  • Antecedentes de la historia clínica pediátrica: embarazo, alergias, problemas perinatales, desarrollo hasta la fecha…
  • Antecedentes oftalmológicos familiares
  • Rendimiento escolar